El precepto del amor a nuestro prójimo, no es el mismo que el del amor a nuestro Dios, porque a nuestro Dios le debemos amor en Sí y por Sí y, al prójimo no es en sí y por sí, sino en Dios y por Dios, pero es semejante, porque el uno no se concibe sin el otro y ambos se refieren a Dios, el uno directamente y el otro indirectamente.
Este amor, hijas mías, es muy interesado porque si nuestro Dios nos manda que amemos a los demás hombres, también lo manda a cada uno de ellos, y si lo cumplimos estamos seguras de que todos nos amamos.
La caridad para con nuestro prójimo o el amor a él, es hijas mías, muy excelente, porque es el segundo mandamiento, al cual se reduce toda la ley divina, estamos obligadas a amar a nuestro prójimo, porque el amor de nuestro Dios y el del prójimo, van inseparablemente unidos y además, el amor a nuestro prójimo lo traspasa nuestro Dios como amor a Si mismo.
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ultimo aggionamento 05 maggio, 2005