a1. Experiencia mística de cuánto Dios ama a la Congregación y a los hombres

 

La Madre, en los últimos meses de 1953, desde el punto de vista anímico  humano está viviendo como fuera de sí. La contemplación y experiencia personal del amor infinito de Dios la hace gozar, llenando su corazón de agradecimiento  hacia el Señor y, al mismo tiempo, de pena y dolor porque el amor infinito y misericordioso de Dios no es comprendido, ni aceptado, ni correspondido por los hombres. Un sentimiento y una experiencia que desde siempre han presidido su vida de amor a Dios y a los necesitados, pero que en estas fechas llenan, de una forma nueva y especial,  su corazón de alegría y de dolor, invadiendo, implicando y arrastrando con fuerza arrolladora a todas sus facultades, deseos y sentimientos.

La Madre está gozando enormemente por la grande gracia que Dios ha concedido a la Iglesia, y a ella misma, con la fundación de la Congregación de HAM, goza viendo las bendiciones que Dios está derramando sobre la nueva Congregación, disfruta emocionada por la apertura de la primera casa de los HAM y vive como fuera de sí constatando con “soberbia” maternal la respuesta fiel y plena de los primeros consagrados en el A. M. “Escribiendo a Vd., sólo por obediencia, mi deseo es poderle explicar lo que he disfrutado ayer con la apertura de un nuevo Sagrario y la inauguración de la primera casa de los Hijos del Amor Misericordioso. ¡Qué emoción, Padre mío! ¡Cuán bueno es Jesús!”[13]. Ha habido dificultades en la fundación de la Congregación de HAM, pero ni de lejos parecidas a las de la fundación de las EAM.

Todo lo que rodea a la Congregación lo está percibiendo y acogiendo como una clara bendición de parte de Jesús hacia ella y hacia la Congregación misma. No es sólo sentimiento ni emoción sensible. Es experiencia profunda, íntima, mística del mismísimo amor de Jesús, invisible a los ojos humanos, pero que ella lo ve con una nitidez extraordinaria, disfrutando de verlo y de experimentarlo. Ve el cómo y el cuánto Dios está amando a la Congregación. Es gozo humano y gozo espiritual. Esta situación, normal en la Madre a lo largo de toda su vida, en estas fechas toma intensidad y tonalidades contemplativas y suscita en ella una lectura clara  y nítida del amor de Dios y una experiencia nueva del amor de Dios hacia la Iglesia y hacia los hombres, que la embriaga en el amor divino trinitario.

Es la cara atractiva del amor recíproco entre Dios y ella, aceptado, declarado, profesado y ofrecido. “La noche la he pasado en una especie de arrobamiento donde he gozado tanto, tanto, Padre mío, sin llegarme a hartar: El se ha mortificado colmándome de caricias a esta pobre criatura y, si he de decirle la verdad, mi corazón daba saltos de alegría y pensé perder la cabeza[14]. “En medio de estas delicias, El me dijo que era contento del comportamiento y estado de ánimo de mis hijos e hijas. Figúrese Vd. lo que por mí pasó al oír de El estas palabras, ya que mi deseo no es otro que el de dar gloria a Nuestro Dios y que los hijos e hijas vivan siempre unidos al Buen Jesús con fuerte amor, dándole siempre lo que El les pida, trabajando sin cesar por su gloria y la santificación de las almas”[15]

 


[13] Pan 18, 1375. “El día de ayer ha sido para mí de grande alegría, aunque entremezclada con una suave pena; he tenido el consuelo de ver contento al Buen Jesús en este nuevo Tabernáculo. ¡Cuánto he disfrutado y cuántas caricias he recibido del Amado de mi alma!” (Pan 18, 1378). “El me ha dicho que se recrea y recreará junto con los primeros Hijos de su Amor Misericordioso, sus Esclavas y esta pobre criatura a la que El, dice, ha llamado para ser madre de todos ellos. Yo, valiéndome del regocijo de nuestro Buen Padre, le he pedido, y creo lo he obtenido, que El sea el que lleve siempre el timón de estas dos naves o Congregaciones, bendiga a todos mis hijos e hijas, y que me conceda la dicha de que siempre y en todo momento, El pueda recrearse con todos ellos(Pan 18, 1379)

[14] Pan 18, 1380. Produce arrobamiento, esto es, un estado de la persona que siente un placer o una alegría tan intensos que no puede pensar ni sentir nada más. Es éxtasis, embelesamiento, enajenación, encanto, arrebato, fervor, entusiasmo, enamoramiento, embobamiento, trastorno, transporte, que no hartan,

[15] Pan 18, 1381