5. Luchar por ser santos es la mayor gloria de Dios

La mayor santificación del nombre de Dios A. M., es la santificación del alma. “Atraerlos a Ti es lo más grande, es lo que más deseo, atraerlos a Ti fuertemente y que llegue el momento en que ellos no sepan nada más que hablar, ¿de quién? ¡de Ti, Jesús mío! no quieran nada más que estar junto a Ti y sentirte a Ti”[360].

“Haz, Jesús mío, que todos ellos sean santos, ¡ayúdales Señor! Que no te den jamás ningún disgusto ni los hijos ni las hijas, que te den siempre gloria, que sirvan de ejemplo para las almas que te buscan, que vengan a copiar de estos hijos, ¡hazlo, Jesús de mi vida! congratúlate con todos ellos. Que sean el refugio de los pecadores, para esas almas que están sumergidas en el fango[361]. “¡Hazlo, Jesús mío! y que hijos e hijas se encuentren un día Contigo y que Tú mientras vivan en este mundo te congratules al ver sus acciones, sus obras, todo aquello que deben hacer, tanto los hijos como las hijas[362].

Santificándose, los consagrados en el A. M. se hacen instrumentos de salvación en manos de su misericordia. “Ayuda, ilumina y da fuerza a los Hijos de tu amor para que sean siempre instrumentos de tu amor y misericordia y jamás jueces que condenan severamente a las pobres almas que, con más o menos malicia, te ofenden día y noche[363].

Quien se santifica al lado de Dios y según el A. M. se hace pararrayos de la misericordia divina. “Que sean el pararrayos de las almas que sufren; concédeles a estas hijas ser víctimas de tu amor y misericordia. Ayuda, Señor, a estas hijas para que se conserven fuertes en el amor, en el sacrificio, en la fidelidad y que no piensen en otra cosa que en darte gloria y darte cuanto Tú les pidas. Hazlo, Señor[364]. Particularmente y primeramente, pararrayos de los sacerdotes: “Haz, Señor, que estos hijos conserven siempre la inocencia y el amor que les ha animado hasta ahora y que sean el pararrayos entre tus ministros que se encuentran en tantas dificultades y que éstos, unidos a mis hijos vivan en paz, en tu amor y con tu bendición. ¡Hazlo, Señor!![365]

El alma que ama a Dios con todas sus fuerzas es el “contento” de Dios, donde Dios encuentra descanso y lugar apropiado para su amor. “Esta hija también se viene y me parece que las dos tenemos el mismo fin y deseo de darte gloria y santificarnos, hazlo, Jesús mío, ayúdanos y veras qué contento estás después, ayúdanos[366]. “Que te puedas Tú congratular, Jesús mío; estáte con ellas en todas las funciones, en todo lo que sea necesario; estáte junto a ellas para que aprendan a santificarse, a darte gloria a Ti, Jesús mío, y a dar gloria a los demás. Yo, Jesús mío, no tengo otro deseo que el que Tú estés contento con las hijas y los hijos. Que hijas e hijos, unidos siempre, puedan darte gloria a Ti, Jesús mío! pero que no se unan así para darte guerra, Jesús mío, sino para darte gloria, ¡ayúdales Tú, Jesús mío!!”[367]

Quien está al lado de Dios siempre obtendrá el premio de la salvación eterna después de la muerte, pero en esta vida se hará partícipe de la paternidad divina para “nuestros hijos”, los hombres necesitados de la misericordia divina, y será “gloria” para ellos. “Que vivan para Ti las hijas y los hijos, que vivamos nosotras para Ti y Tú para ayudarnos a la eternidad, para ayudarnos a llevar los hijos para la eternidad, para darte gloria a Ti, para dar gloria a los demás[368]

El anuncio de A. M. se sustenta, según el pensamiento de la Madre, en este punto. A la Madre le gusta mucho la imagen de “las palomas”. Los H y EAM deben ser, en el Santuario, palomas que “atraigan” y “cubran” a otras palomas “con su manto de plumas”. “¡Jesús! Que los hijos y las hijas, unidos en tu amor y caridad, sepan atraer aquí a las almas y las cubran con su manto de plumas y se metan en el agujero más grande y en el más pequeño, pero que tengamos toda esa parte llena de palomitas que se asoman, rezan y están siempre atentas por si alguien las hace cualquier cosa. ¡Hazlo, Jesús mío!”[369]. “Que todas las almas se unan a los hijos y a las hijas; que sea así una bandada de palomas que vienen para comunicarse y ayudarse unas a otras para ir adelante como Tú quieres, ¡hazlo, Jesús mío, hazlo Tú!”[370]. “Que vivan para amarte, que vivan para darte gloria sufriendo lo que Tú quieras; que sean ellos los que van detrás de las palomas buscándolas por los agujeros donde se esconden y que las atraigan, Jesús mío, que las atraigan, ¡hazlo, hazlo, Jesús de mi vida![371]

Santificándose, los consagrados en el A. M. llenarán todas las finalidades de su vocación porque Dios mismo se siente obligado a dárselo, cosas que sólo él puede dar. “Tú quieres que yo haga esto y ayudada de Ti estoy dispuesta a hacer todo lo que me digas. Tú debes comprender que deben ser luz y ayudar a las almas que con ellos tratan. Deben dar la paz a aquellos que sufren, deben obtener de Ti todo aquello que deben dar a las almas que se encuentran turbadas, desalentadas, ... y yo ¿cómo se lo doy? ... ¡mira que se lo puedo dar yo!!”[372]. “Para que sean como deben ser; ayúdalas para que sepan amarte y amar a los demás, Jesús mío, ¡ayúdales! Ayuda a las hijas y a los hijos con este fin: con el fin de que se puedan santificar y, santificándose ellos, ayuden a los demás a santificarse y a ser buenos. No es que yo quiero solamente que se santifiquen los hijos nuestros, que son los tuyos, sino que quiero que vivan unidos a Ti y unidos a los demás para ayudarles; ¡ayúdales, Jesús!”[373]

Sólo caminando al lado de Dios el alma puede encontrar la fuerza de recorrer el camino del amor y de la renuncia. “Ayúdalas, Señor, a caminar por esta estrada de la perfección, en contra de su naturaleza, carne y sangre”[374]. “No quiero otra cosa, solamente todo aquello que Tú veas que te puede agradar a Ti. Si viva me tienen que cortar a pedacitos, "Ecce Ancilla Domini, aquí estoy, lo que Tú quieras y como Tú quieras!"[375]

¿Dónde el consagrado en el A. M. encontrará “la generosidad para sufrir” lo que el Señor permite, para “amarle”, para “darle gloria” y para “ayudarle”? “Yo lo pruebo a veces con algunas y veo que eso es lo que ambicionan: santificarse y hacer tu voluntad. Esto es lo que quisiera que todos los hijos e hijas tuvieran bien grabado dentro: que Tú, Jesús, puedas recrearte en estas dos casas, tanto en estas como en las demás casas; que puedas encontrar a las Esclavas e Hijos de tu Amor Misericordioso generosos para sufrir todo aquello que Tú quieras, ¡Jesús mío! Que tanto los Hijos como las Esclavas de tu Amor Misericordioso, no ambicionen otra cosa que amarte, sufrir por Ti, ayudarte, Jesús mío, y darte gloria, ¡hazlo, Jesús mío![376]

Es conmovedor el amor maternal que la Madre vive para con las dos Congregaciones. Ella ama a Dios para darle gloria y para que los miembros de las dos Congregaciones se santifiquen. Y aparecen siempre los mismos términos: santificarse para “gloria” de Dios, “alegría de Dios”, “satisfacción de Dios”, “bienestar” de Dios y “dar gloria” a Dios y a la Iglesia. “Quiero vivir y morir para amarte, porque quiero darte gloria aquí y dártela después allí. Pero que los hijos y las hijas se unan bien a Ti y puedan santificarse para gloria tuya, alegría tuya, para satisfacción y bienestar tuyo; hijos e hijas unidos todos para darte gloria a Ti, a tu Iglesia y a las dos Congregaciones. ¡Hazlo Jesús! ¡Hazlo, Jesús mío!!”[377]. “Jesús mío, que sean fuertes pero que no se metan ni se apeguen al mundo ni a las cosas del mundo, sino a santificarse; que yo sufro si veo un hijo o una hija que, en vez de tratar de santificarse, están a ver aquello y lo otro y a saber ... a indagar cosas que no ... ¡hazlo, Jesús mío![378]. “Dejemos el mundo que va adelante... dejemos el mundo y caminemos Contigo, Jesús; estemos junto a Ti noche y día; también mientras estamos trabajando, que estemos junto a Ti; la noche y el día, todo; que vivamos para Ti y para darte gloria a Ti y a toda la Iglesia, ¡a toda! Que no tenga ninguna que andar apoyándose a ninguna cosa que no debe hacer, no Jesús, que no suceda[379]


[360] Pan 22, 1196

[361] Pan 22, 418

[362] Pan 22, 422

[363] Pan 22, 410

[364] Pan 22, 300

[365] Pan 22, 395

[366] Pan 22, 796

[367] Pan 22, 1040

[368] Pan 22, 1195

[369] Pan 22, 477

[370] Pan 22, 480

[371] Pan 22, 482

[372] Pan 22, 397

[373] Pan 22, 1038

[374] Pan 22, 299

[375] Pan 22, 461

[376] Pan 22, 473

[377] Pan 22, 509

[378] Pan 22, 705

[379] Pan 22, 1007