6. Exige certeza de que verdaderamente Dios pide eso

En este campo pueden recurrentes las equivocaciones y numerosos los deslumbramientos. Antes de obrar hay que tener bien claro, bien aconsejado y bien discernido lo que Dios pide.

Está bien, Señor, yo les diré lo que Tú me dices; yo haré lo que Tú quieres, pero Tú Señor debes iluminarme; es un momento difícil, ¿sabes? es un momento difícil, porque yo quiero hacer tu voluntad, quisiera no errar haciendo una cosa diversa, una cosa que desdiga de tu amor y misericordia[506].

“Quiero que me ayudes a santificarme, Señor, pero unida a Ti, que yo pueda estar segura de que estoy Contigo; ayúdame, porque fácilmente se inclina uno hacia una cosa u otra y comprendo que esto no te puede agradar, Jesús. No lo quiero hacer, pero ciertamente, el corazón se me va allí donde están los hijos y las hijas, para que Tú las ayudes, aunque comprendo que Tú eres para todos igual[507].

“Tú, Jesús mío, no nos ocultes tu voluntad; danos a conocer en seguida lo que quieres y cómo Tú lo quieres, pues me parece que lo que Tú nos digas lo haremos; las hijas tienen grandes deseos de hacerla y los hijos creo que también; pues muévenos un poco, Señor, y ayúdanos a todos para que podamos formar la familia, aunque ayer me dijiste que la estamos formando; no sé si me lo has dicho así para que me callase y no te diese más guerra, o bien porque es verdad[508]

“No nos dejes solas, no nos abandones, no; no creo que Tú nos abandonarás ... ¡bastante! ... pues todo lo que Tú quieras, Jesús, todo lo que Tú quieras ... Como si no nos fuésemos pues nuestra mente y corazón están en Ti y si Tú estás con nosotros, qué te digo, ¡perderemos hasta la cabeza! así es que Tú estáte con nosotras y nosotras estaremos Contigo, dispuestas a todo aquello que Tú quieras, las hijas y los hijos, todos; ¡hazlo, Jesús![509]


[506] Pan 22, 400

[507] Pan 22, 536

[508] Pan 22, 1032

[509] Pan 22, 1036