5. Enemigos contarios a la santidad

En este punto sólo quiero subrayar el nombre de las cosas que frenan el camino a la santidad según la oración que la Madre hace a Dios en sus éxtasis. Creo que es un terreno muy trillado y que no necesita comentarios.

“Ayúdales, Tú Señor, y que no les venga nunca la soberbia. Hasta ahora no tenía miedo de que se ensoberbecieran porque me parecía que se sentían demasiado humillados, viéndose fundados por una pobre mujer; ¿qué puede dar una mujer a estos hijos? Esto me humillaba muchísimo; hoy los veo acogidos por tu Ministro, por ese Sr. Obispo que es tan bueno, los veo llenos de amor y contentos a todos ellos de haber nacido - como dicen - hijos de una mujer ... ¡pobres hijos! ¡No saben lo que dicen! ¡No saben que Tú lo has hecho todo!”[638]

“No cuentes más, Jesús mío, y haz que mi soberbia se confunda en la tierra y que no entre en mi cabeza ni en mi corazón; que viva como una pobre desgraciada, pues Tú te vales siempre de lo peor que existe para que se vea que todo lo haces Tú, para que vea todo el mundo que estos hijos no tienen nada que agradecer a esta pobre criatura sino a Ti[639].

A Ti y siempre a Ti, que has permitido que nazcan de esta mujer, pobre ilusa ... como Tú quieras, sin fervor, para que me confunda y nunca jamás levante la cabeza. ¡Póstramela bien, Jesús mío! que ni mi corazón ni mi cabeza se levanten nunca por la soberbia, pues no hay motivos para ello, que toda la vida yo esté persuadida de esto y que Tú me ayudes[640].

Ayúdales, Jesús mío, ayúdales! que no saben lo que dicen, no tienen esa cultura ... no saben lo que dicen ni lo que hacen, ¡Jesús mío! Yo por eso quería decirte: que en estos momentos de tan poca conciencia, de tan poco deseo de santificarse, Tú ayudases a esas almas, Jesús mío! las ayudes a amarte, que vean cómo están, que te amen; dales deseo de ello, dales caridad, amor de Padre, ¡hazlo, Jesús mío!”[641]

“Yo, si quieres que te diga la verdad, malas no son, no es que hacen las cosas con la intención de hacer el mal; son un poco ligeras para hacer las cosas, eso sí, pero con mala intención no, ¡Jesús mío! no por darte a Ti un disgusto, ¡Jesús mío!! No razonan; son un poco atolondradas; no razonan; hacen las cosas y ya está[642]

“No es que hacen las cosas mal porque quieren hacerlas, no; es que son un poco atolondradas, un poco ligeras, pero no porque hacen las cosas con malicia, no, Jesús mío! yo eso absolutamente no lo veo; si Tú lo ves, Señor, Tú puedes cortar por lo sano y decir lo que se debe hacer; ¡Tú puedes hacerlo, Jesús mío!”[643]

Es poca reflexión lo que tienen, lo hacen por poca reflexión, Jesús mío! no por otra cosa; ten compasión de todas ellas y haz, que se santifiquen y te puedan dar mucha gloria[644].

Tenlos Contigo, fijos en Ti y cuando les veas caídos, ¡dales la mano, Señor, que se resbala fácilmente! La vida es un fango y se dan los resbalones sin darse cuenta. Ayúdales, Jesús mío; dales esa fuerza de voluntad que necesitan para vivir sólo para Ti. Encuentran tantos, tantos tropiezos en el camino que, pobrecillos! ya no saben cómo caminar, ¡ayúdales, Jesús mío!!”[645].

“Ayúdales Tú, Jesús, para que no caigan; y si alguna vez caen, que se levanten con ánimos gigantescos, no tambaleándose de acá para allá, no, ¡ayúdales, Jesús”[646]

“Y concédeme la gracia de que hijos e hijas, unidos siempre a vuestro sacrificio, no vayan picando aquí y allá, sino que unidos todos a Ti puedan hacer tanto como están haciendo ahora[647]

“Ayúdalas para que no sean soberbias ... sí, las veo ácidas unas para otras, agrias; quieren ser solas ... ¡no lo permitas, Señor, no permitas eso, Jesús mío![648]

Yo, primeramente quiero darte gracias de todo lo que haces por estos hijos tuyos; pero, Jesús mío, que no venga la envidia y estén pensando "...si aquello sí, lo otro no..."; ayuda, Jesús mío, porque cuánto más tienen más disgustos vienen ... sí, más disgustos, porque "si aquella sí, la otra no...". Que desaparezca esto de la Congregación, particularmente en estos momentos en que los hijos y las hijas todos unidos, cada uno piensa a la suyo[649]

Ayúdales, Jesús mío, para que hijos e hijas, unidos siempre a Ti, vivan siempre con el deseo de santificarse, no de ser esto ni ser lo otro; que no entre en casa esta soberbia de estar haciéndose "los grandes"; no, Jesús mío! no! "Los grandes" no, los pequeños, los que sufren y cuidan de los pobres, que no entre la vanidad, Jesús mío! que no entre porque debe ser una cosa muy triste, Jesús mío. ¡No lo permitas, Jesús mío, no lo permitas!”[650]

“Jesús mío, que sean fuertes pero que no se metan ni se apeguen al mundo ni a las cosas del mundo, sino a santificarse; que yo sufro si veo un hijo o una hija que, en vez de tratar de santificarse, están a ver aquello y lo otro y a saber ... a indagar cosas que no ... ¡hazlo, Jesús mío!”[651]

A veces dirán cualquier cosa con poca reflexión, hay momentos y - Tú mismo lo habrás notado - tienen poca reflexión; es la juventud, Jesús, es que no razonan y un día de alegría hacen más de aquello que debían de hacer: más movimiento, más trastorno ... pero tienen también el deseo de hacer todo lo que Tú quieras y eso me lo dicen en seguida, ¡Jesús!”[652]

“Tengo miedo, Jesús, mucho, mucho de que se aficionen a las criaturas para tener las cosas mejor; esa es mi preocupación; no me lo han dicho, pero es mi impresión. Que no lo hagan, ¡Jesús mío! que hacer las cosas para que las criaturas lo vean no es necesario, basta que lo veas Tú y Tú dirás cómo se deben hacer[653].

Ayuda también a estos hijos porque veo que se están montando un poco: "que si yo, que si el otro...". Ayúdales, que ellos te ayuden a Ti y que se pueda decir que verdaderamente eres Tú quien aquí vive y reina; ¡hazlo, Jesús mío, ayúdales!”[654].

“Beh! Jesús, Tú eres Padre y puedes hacer del hombre vano, el hombre bueno, pero están un poco fuera de sí; tendrás que tener mucha paciencia, Jesús! Hoy todos quieren hacer su santa voluntad, ¡ayúdales, Jesús mío! Y ayúdame también a mí para que yo no me pase tampoco de la nada a la grandeza, sino de la nada a lo necesario, Jesús”[655]

“Jesús mío, ayuda Tú para que no nos enredemos con cosas vanas, con cosas que no nos interesan, pero que tampoco estemos juzgando lo que han hecho o hacen los demás, no, Señor, eso ya lo verán ellos. Tú ayúdales para que vean lo que hacen y yo te pido que les concedas la gracia de la paz y la unión[656].

No es que yo tenga ninguna cosa contra ellas, no, Jesús mío, no, no, Jesús mío! Veo un poco de apatía, las veo un poco así, como para salir del paso nada más. [...] Pero ahora veo que ... no lo sé, veo un decaimiento del espíritu de la vida Religiosa ... No es desde hace algunos años, no; no hace ni tres años que eran otra cosa; ahora las encuentro de otra manera, es un decaimiento! quieren, pretenden, pero no tienen fuerza[657]

“Los hijos están como un poco ... no lo sé, Jesús mío; les pueden decir lo que quieran que no se molestan, no se molestan porque están molestos ... Bien, Jesús mío, que veamos a los hijos con más aire, con más entusiasmo, con más interés para que nos santifiquemos los unos y los otros, Jesús mío[658]

“El deseo es grande, pero encuentro un poquito de frialdad ... un poco de frialdad, Jesús mío; me parece que están más en que esté aquello bien, en que ...[659]

“¡Eh! sí ... pero cada una - lo estoy viendo - cada una hace lo que cree, ... Son un poco, no sé cómo decirte, ¡Jesús mío! yo tengo la pena de verlas como pájaros fuera del nido, dando vueltas de acá para allá, haciendo lo que les parece ... a mí me da mucha pena, ¡Jesús mío, ayúdalas! ¡ayúdalas[660]

“Que no se haga nada por el qué dirán o por ser mejor que el otro, no; que se ayuden mutuamente. [...] Llevan ya una temporada bastante larga que se cuidan poco de ir adelante; hazlo, Jesús mío[661]

“Las hijas, pues como siempre, de más movimiento, pero de poco grano ... sí, Jesús, moverse, moverse pero nada más, ¡Jesús mío!”[662]

“Ayúdame a mí para que antes morir que darte un disgusto, antes morir que hacer una cosa que no deba hacer, primero morir que estar haciendo el papel para: "...que aquella no, la otra no..." eso es tener hipocresía, ¡ayúdame, Jesús mío!”[663]

“Son jóvenes que quieren saber algo, que quieren oír algo, pero que tengan la cosa de: "quiero ser esto... quiero ser lo otro..." no lo veo, no lo veo, Jesús mío, no lo veo. Son cosas ... sí, de pequeños, de ... no lo sé, no lo entiendo[664]

“No lo sé, algunas dicen que es que son abiertas para hablar, pero yo no sé, si en vez de abiertas lo que tienen es esa libertad que se toman ellas mismas[665]

“Hay algunas cositas que ... están solas, están muy sueltas, están... cada una dice lo que le parece bien y Tú puedes, Jesús mío, ayudarlas. Yo ya les he dicho lo que les tenía que decir, pero las veo un poco así, como cargadas de razones; esperemos que no continúen así y que se aplaquen y que puedan llegar a ser verdaderas religiosas, verdaderas Esclavas de tu Amor Misericordioso, no de los caprichos, ni de las amistades, ni de nada; del Amor Misericordioso y que se congratulen con esto y que te den mucha gloria, ¡Jesús!”[666]

“Yo no tengo motivos para decirles nada, porque lo que les digo, en seguida están dispuestos a hacerlo; pero una cosa es estar dispuestos a hacerla y otra es cuando ... a mí me parece esto: hacen aquello que les parece mejor, y esto no me gusta nada, Señor![667]

“No es que yo vea que se portan mal, no; veo que son como mariposas que van da acá para allá... no lo sé[668]

“Ayúdalas, que no tengan amistades innecesarias unas con otras, ¡Jesús mío! Que sean serias, que sean rectas, Jesús mío!”[669]

Hay algunos que son un poquitín soberbios, me parece a mí; me parece como una soberbia "yo, y yo, y yo..." ese "yo" no; en vez de decir "vamos a hacer esto" no es "vamos" es "yo hago, yo hago, yo deshago..."; no, Jesús mío, ayúdales para que abran los ojos bien y los oídos más, que sepan que no es él el que tiene que hacerlo, que no es él el que tiene que mandarlos de acá para allá, que tiene que darles o no lo que tienen que comer, lo que tienen que...; sino que los que le han dado para comer no son ellos, son la pobre gente que les ha ayudado para estos hijos, no para que estén así guardándolo en la despensa; no, Jesús ponte Tú fuerte ... yo ya me he puesto, ponte fuerte, Jesús mío, porque no sea que vayan a ser en vez de Hijos del Amor Misericordioso llenos de caridad, vayan a ser Hijos del Amor Misericordioso llenos de ideas raras: de querer hacer, de querer comer, de querer vivir, de querer ser mejor que los demás...; no, aquí es mejor el que más sufre, aquí es mejor el que más padece, ¿porqué? porque está haciendo la voluntad tuya, ¡Jesús!”[670]

“Ayuda, Jesús mío, a los hijos y a las hijas para que puedan hacer, como Tú deseas, las cosas que tienen entre manos, el encargo; ayúdalas, que no se vayan de acá para allá dando saltos, no”[671]

“... para que no les venga la vanidad, Jesús mío. Tengo miedo, mucho miedo de que digan: "nosotros somos tanto y más cuanto, hacemos esto y lo otro..." yo no les dejo decir: "hacemos nosotros, hacemos nosotros" - hacemos lo que tenemos que hacer y nada más[672]

Y haz también la gracia de que, no lo sé, me parece que hay un poco de desorden, no sé cómo decirte: no se dan prisa[673]


[638] Pan 22, 431

[639] Pan 22, 435

[640] Pan 22, 436

[641] Pan 22, 623

[642] Pan 22, 633; cf. 634; 639

[643] Pan 22, 637

[644] Pan 22, 649

[645] Pan 22, 655

[646] Pan 22, 658

[647] Pan 22, 662

[648] Pan 22, 691

[649] Pan 22, 694

[650] Pan 22, 696

[651] Pan 22, 705

[652] Pan 22, 773

[653] Pan 22, 788

[654] Pan 22, 802

[655] Pan 22, 804-05

[656] Pan 22, 808

[657] Pan 22, 827-28

[658] Pan 22, 831

[659] Pan 22, 837

[660] Pan 22, 846

[661] Pan 22, 849-50

[662] Pan 22, 865

[663] Pan 22, 911

[664] Pan 22, 932

[665] Pan 22, 1008

[666] Pan 22, 1043

[667] Pan 22, 1060

[668] Pan 22, 1064

[669] Pan 22, 1076

[670] Pan 22, 1086

[671] Pan 22, 1298

[672] Pan 22, 1326

[673] Pan 22, 1334