8. Sufrir
“Y quiero sí, Jesús mío, quiero sufrir; porque que Tú sufras y yo esté así ... no, es demasiado blando, demasiado sufrir Tú y velar yo, pero ¡qué velación es esa! si es ... no sufro, Jesús, no sufro porque Tú no me das sufrimientos; ¡hazlo, Jesús mío! pero haz que yo lo sienta, haz que mi cuerpo, mi mente y corazón sean martirizados por Ti a tal punto que puedas hacer de mí lo que Tú quieras, sin ninguna preocupación, sin ningún ... ¡hazlo, Jesús mío! ¡hazlo, Jesús!”[409]
“Quiero sufrir para que Tú no sufras y que me des, eso sí, muchos sufrimientos. ... Bien, Jesús mío, pero ¡muchos! que sí lo puedo soportar, cuerpo ya tengo para ello y salud también; dame, Jesús, todo lo que Tú quieras pero sobre todo tus sufrimientos y que no se den cuenta ninguno en casa”[410].
“Los sufrimientos que Tú creas, sobre todo los del corazón que son los más fuertes y con lo que más se sufre; si Tú en el corazón me pones buenas espinas, punzantes espinas que yo las tenga grabadas y siempre delante ... pero que sea un sufrimiento que no se dé cuenta nadie, ¡hazlo!”[411]
“El sufrimiento que Tú quieras me puedes dar, lo que Tú quieras porque sé que con el sufrimiento me darás la ayuda que necesito para ello. Así es que, Jesús mío, quiero eso: el sufrimiento y la ayuda para sufrir y amarte eternamente, ¡ayúdame!”[412]
“No quisiera que nadie, Señor ...(se de cuenta) Por esto te pido, sólo si Tú lo quieres - porque si no lo quieres, nada, estoy dispuesta a lo que Tú quieras - me libres de todo aquello que se vea. Dame los dolores que quieras; quiero sufrir, quiero sufrir mucho, muchísimo. Quiero deshacerme en el dolor, quiero Señor, convertirme en nada, en ceniza para darte gloria y poder dar a tu Santuario esa fuerza que Tú dices”[413].
“Yo quisiera sufrir; sufrir pero en silencio; sufrir en la soledad; sufrir Contigo, junto a Ti y por tu gloria; como te diré... Señor, sufrir para ser como el "abono" de tu Santuario, pero sin cosas externas. ¡Cuánto te lo he suplicado esta noche y te lo ruego en este momento, ¡nada externo, nada que se vea! El sufrimiento sí, el dolor sí, pero que no se vea. Sentía un grande temor que llegara este primer viernes de Cuaresma...; si Tú quisieras librarme de estas cosas que se ven... Dame, Señor, ... si Tú quieres que yo no pueda caminar, si Tú quieres darme grande sufrimientos ... Sí, Señor, pero en silencio, escondidos, siempre ocultos, que nadie se fije en la criatura sino que todos te vean a Ti. Que en esta Cuaresma se verifiquen muchas conversiones, pero en mí, en este instrumento tuyo, en esta criatura vil y desgraciada que no vean nada. Que no se aficionen a la criatura, que no vengan por la criatura; esta es la única cosa que te pido”[414]
“Te das cuenta, Jesús mío, ¡cuánto sufrí viéndote a Ti con ese sufrimiento!! Yo, Jesús mío, tengo grande pena; quisiera morir yo, quisiera sufrirlo yo todo pero Tú no, ¡Jesús mío! Tú ya sufres bastante, ¡ya has sufrido muchísimo por nosotros! [...] Y después este movimiento; este ir y venir de unas y otras; unas dicen una cosa, las otras dicen otra y cada una hace aquello que le viene bien, pero seguramente, no para el alma y esto me da mucha pena, Jesús mío, ¡mucha pena!![415]
“Yo quiero ir Contigo, quiero estar allí, quiero hacer tu voluntad; quiero sufrir amándote y vivir sufriendo. Todo aquello que Tú debas sufrir quiero sufrirlo yo por Ti, y Tú, si alguna cosa tienen, atribúyemela a mí, porque he perdido mucho, muchísimo tiempo ... podía también yo haberlo arreglado un poco”[416]
“No quiero querer nada que a Ti no te agrade, no quiero querer nada que Tú no seas contento de ello y así te digo, - te lo he dicho ayer, te lo digo hoy - ¡Señor, ven Tú a mi corazón, mira en mis ojos y ve aquello que te molesta ... pues entonces, Jesús mío, si Tú ves algo que te hiere, que te molesta y te hace sufrir, ¡corta por lo sano, Jesús mío. Este animalillo va adelante así, ... pero que no te haga sufrir, ¡Jesús mío! Todavía no he conseguido procurarte toda la gloria que deseo darte. Deseo vivir para Ti y por Ti morir si es necesario, pero, Jesús mío, quiero darte mucha gloria, pero así, sin ruido, sin tanta historia; lo que Tú digas y como Tú digas y lo que Tú quieras, no lo que yo piense, ni sienta, ni te haya dicho. Yo te digo que quiero vivir para amarte y quiero amarte para vivir por toda una eternidad junto a Ti, cerca, muy cerca de Ti; pero ahora, durante todo el tiempo que Tú creas oportuno, hacer siempre tu divina voluntad. Y sólo quiero, si Tú lo quieres, Jesús mío, me concedas cuanto antes que yo no tenga más consuelo ni más interés que el de amarte, el de amarte y sufrir por Ti; pero, Jesús mío, sufrir por Ti sin que ahora sufras, porque eso es lo que más me horroriza. Yo quiero vivir para sufrir, pero quiero vivir Contigo y que Tú no participes de nada de esto, ¡de nada, Jesús mío! hazlo, es una cosa que se puede arreglar y yo te lo pido, Jesús mío, llena de fe, llena de amor y con la confianza de que Tú, como buen Padre me concederás este deseo tan triste que tengo. Digo triste, porque Tú te vas a poner triste y no vas a poder hacer carrera de mí, Jesús. [...] Y quiero sí, Jesús mío, quiero sufrir; porque que Tú sufras y yo esté así ... no, es demasiado blando, demasiado sufrir Tú y velar yo, pero ¡qué velación es esa! si es ... no sufro, Jesús, no sufro porque Tú no me das sufrimientos; ¡hazlo, Jesús mío! pero haz que yo lo sienta, haz que mi cuerpo, mi mente y corazón sean martirizados por Ti a tal punto que puedas hacer de mí lo que Tú quieras, sin ninguna preocupación, sin ningún ... ¡hazlo, Jesús mío! ¡hazlo, Jesús!. [...] Los sufrimientos que Tú creas, sobre todo los del corazón que son los más fuertes y con lo que más se sufre; si Tú en el corazón me pones buenas espinas, punzantes espinas que yo las tenga grabadas y siempre delante ... pero que sea un sufrimiento que no se dé cuenta nadie, ¡hazlo!”[417]
“Tú no sufras; dame a mí lo que Tú creas, lo que Tú quieras, pero déjame sufrir. Dos cosas quiero: amar y sufrir, amar y sufrir, porque, ¿¡sabes cuánto se sufre cuando se está lejos de Ti?! No es que yo no quiero sufrir, quiero amarte muchísimo para poder ayudar a los hijos a unirse a Ti, a amarte y yo con ellos, Jesús mío. ¡Ayúdanos, Jesús mío!”[418]
“Sí, sí, pero Jesús yo estoy más tranquila; sí, y creo que no te disgusto por esto. Pero tengo miedo de mí misma; miedo sí, mucho miedo de mí misma porque no sé sufrir, no sé resistir tantas cosas, o algunas, porque tampoco es tanto lo que sufro”[419].
“Jesús mío, te lo pido de todo corazón y quisiera - será una cosa extraña -, pero quisiera que si ellos tienen cosas que te hacen sufrir, dámelas a mí, que yo las sufriré por Ti; pero no: a los hijos y a las hijas no me los abandones porque son un poco díscolos o un poco pesados ... no, dímelo a mí y si no quieres decírmelo, yo te prometo desde ahora, estar sobre ellos, sin decirles nada, sin hacerles saber nada de esto, solamente invitándoles a que te digan a Ti las cosas que no les van bien ... y ahora que se vayan a acostar, que se vayan; también ellos son de carne, ¿sabes, Jesús? son de carne y de inteligencia algunos no sé”[420]
“Yo solamente quiero darte gloria a Ti sufriendo todo aquello que Tú creas, sólo por tu amor, para tu alegría y nada más. Quiero ser toda tuya para darte gloria, Jesús”[421]
“De todas formas, Jesús mío, a mí me interesa esto: yo quiero darte mucha, muchísima gloria; quiero sufrir por Ti y quiero morir amándote, morir sufriendo todo lo que Tú permitas: porque me pruebas o porque tiene que ser así ... yo eso no lo quiero saber, sólo me interesa saber que Tú no te has cansado de mí y que yo puedo estar Contigo; ¡esto sí, Jesús mío!”[422]
“Dame a mí una parte de lo que Tú tienes y digo una parte, pero si me lo quieres dar todo ... yo, Jesús mío, creo que lo quiero todo Tú lo sabes porque conoces mi intención, conoces mi manera de pensar, conoces que yo lo quiero todo para ayudarte a Ti y que no te vea yo sufrir de esta manera; es demasiado, Jesús mío, ¡es demasiado sufrimiento!”[423]
“Ayúdame, Jesús mío, a darte mucha gloria. Quiero vivir para amarte; quiero vivir para amarte y sufrir y darte mucha gloria”[424]
“No sabremos darte otra cosa y quizá te hemos disgustado, pero ten compasión de todos nosotros y ayúdanos, Señor, a amarte fuertemente y a sufrir lo que Tú quieras que suframos”[425]
“Jesús mío, Tú lo sabes que quiero vivir para amarte y sufrir; quiero lo que Tú quieras, Jesús mío, y quiero darte mucha gloria, ¡ayúdame, Jesús mío! Quiero vivir para amarte y amarte para sufrir”[426]
“Que yo tenga esa fortuna: que el tiempo que me quede de estar aquí, que sea aquel que Tú creas, pero que me sirva para sufrir mucho más y amarte fuerte, fuertemente, ¡Jesús mío! Quiero amarte fuertemente, quiero vivir para sufrir, quiero amar para darte gloria a Ti; para darte gloria, ¡Jesús mío!”[427]
“Sin ti no hacer nada; ayúdame Tú siempre, Jesús, ayúdame y dame sufrimientos. Basta que vengan de Ti para que yo lo pueda hacer. Si te pudiera quitar todos los sufrimientos que Tú tienes! si yo pudiera, te los quitaría, que es mucho lo que has sufrido ya, ¡es muchísimo! Y yo quiero vivir para amarte y amarte sufriendo; pero que Tú no sufras, Jesús, que Tú no sufras que a mí me da mucha pena verte sufrir de esta manera, ¡de verte así dolorido, Jesús!”[428]
“No me digas que te queda todavía tanto que sufrir, ¡Jesús mío! ¿como puedes querer sufrir más de lo que estás sufriendo? ¡no, Jesús!! Estáte con nosotras y verás que estás contento; las hijas son buenas, los hijos también; estarás contento de encontrarte en medio de los hijos y las hijas; ¡hazlo, Jesús mío! ¡Hazlo! Hazlo, Jesús mío, para gloria tuya y bien de los hijos y de las hijas. Y yo, pues quiero junto a ellos estar y quiero sufrir por Ti, Jesús mío; pero mejor si Tú me das a mí tus sufrimientos y dejas Tú ya de sufrir, y sólo te preocupas de darnos una mano y ayudarnos, para iluminarnos para que no seamos capaces ya nada más que de darte gloria, amarte y hacer tu divina voluntad; que de lo demás no nos ocupemos, Jesús mío, que no nos ocupemos ninguna, yo la primera; ya he hecho ese propósito y hace días que no... ; pero Tú, Jesús mío, ya sufres bastante, en cambio nosotras, no sufrimos, - juzgando por mi misma - por lo menos no lo veo, porque, ¿es eso sufrir? ... No, nosotros no sufrimos, es ver sufrir lo que hacemos, ver cómo sufres Tú.”[429]
“No nos queda ni a mí ni a las hijas ni a los hijos, no nos queda nada más que el corazón para sufrir y palpitar por lo mismo; el dolor, la pena, el sufrimiento ... estamos siempre en lo mismo; es como una cosa que no se quita tan fácilmente! Quitemos todo, pero el sufrimiento como Tú lo quieras; como Tú nos lo des, no, porque eso lo podemos abarcar, pues Tú nos lo darás como Padre. Dánoslo y que lo podamos sufrir, que en vez de distraernos con otra cosa, sea nuestra distracción el dolor, la angustia, el sufrimiento, pensando en Ti y viéndote a Ti, ¡Jesús mío!”[430]
La explicación del por qué glorificar a Dios en todo va unida al deseo de sufrir con Jesús y por Jesús lo explica ella de la siguiente manera. Después de haber superado el cuarto grado del camino hacia la santidad “le queda (al alma), hijas mías, esa satisfacción humana que ha olvidado y hacia la cual se había hecho ya indiferente y que la ha sacrificado ya cuantas veces veía que este sacrificio era del agrado de su Dios, pero queda en ella bastante todavía y son los últimos vestigios de las adherencias que retardan y ponen trabas a su vuelo; pues el alma ya en este estado quiere acabar el holocausto, despegar, quemar y consumirlo todo, por un supremo deseo y verdaderas ansias de inmolación, desprendimiento y renuncia de lo creado y de unión a su Dios sólo”[431]. Es el quinto grado, la cumbre del camino hacia Dios.
“Lo que caracteriza este estado es, hijas mías, el ansia de inmolación, el hambre de sufrimiento, la sed de sacrificio y la pasión por las cruces. El alma no quiere dejar que subsista ya en ella nada de lo criado, nada de apego a sí misma, sino su Dios sólo, ella se inmola, ella inmola todo, todo lo que tiene y todo lo que ella es y se anonada para no dejar vivir en ella más que a su Dios. Ella está crucificada con Jesús, ella está muerta y su vida está escondida con Jesucristo”[432] Esto nos puede explicar el por qué la Madre en sus éxtasis insiste muchísimas veces en sufrir con Jesús e incluso de aliviar a Jesús en sus sufrimientos, cogiendo ella sobre si las penas y sufrimientos de Jesús.
“El alma que ha llegado a este estado, se dice: Si la gloria de mi Dios es mi único bien esencial y mi Dios es el único todo de mi vida, y en su gloria está toda mi felicidad, cuanto más sea El sólo el objeto de mis preocupaciones, El sólo el término de mi amor, El sólo el fin de mis esfuerzos, mejor alcanzaré mi fin y así cuanto yo más desaparezco en El, más queda absorbida en su gloria esta satisfacción que tengo a su lado, más se anonada ante El todo lo que es mío y más está en mí Dios sólo. Por tanto, aniquilaré en mí lo que es mío, aniquilaré todo lo que es de la criatura, y no descansaré sino cuando sienta todo definitivamente aniquilado y sólo mi Dios reine en mí, como dueño único”[433]
“Los santos, cuanto más obra en ellos el sufrimiento, con más fuerza estalla en ellos la alegría, porque ven caer uno tras otro, bajo los golpes de dolor, los últimos restos de lo criado en ellos y ven a su Dios invadiendo todo su ser; ven la muerte absorbida por una victoria, y ven realizarse en ellos ese sueño supremo del amor, en el que Dios es todo en todas las cosas”[434]
“Cuando nos hacemos esclavas de alguno para obedecer a su imperio, quedamos esclavas de aquel a quien obedecemos, sea del pecado para recibir la muerte, o sea de la obediencia para recibir la justicia. Si nos emancipamos de toda servidumbre nos hacemos esclavas sólo de nuestro Dios. El todo de nuestra vida está más alto y todas las criaturas, agradables o desagradables, deben de ser para nosotras igualmente medios para llegar a lo único necesario”[435]
“Ayúdame, Jesús mío, a darte mucha gloria. Quiero vivir para amarte; quiero vivir para amarte y sufrir y darte mucha gloria”[436]. “No quiero otra cosa, Jesús mío, que vivir para Ti y darte gloria; darte gusto a Ti, en aquello que me pidas, porque todo lo que Tú me puedes pedir es cosa agradable para mí”[437]
[409] Pan 22, 468
[410] Pan 22, 469
[411] Pan 22, 470
[412] Pan 22, 1195
[413] Pan 22, 312
[414] Pan 22, 314-16
[415] Pan 22, 444-46
[416] Pan 22, 455
[417] Pan 22, 464-70
[418] Pan 22, 510-11
[419] Pan 22, 539
[420] Pan 22, 544
[421] Pa 22, 616
[422] Pan 22, 619
[423] Pan 22, 669
[424] Pan 22, 676
[425] Pan 22, 684
[426] Pan 22, 722
[427] Pan 22, 735
[428] Pan 22, io11-12
[429] Pan 22, 1014-15
[430] Pan 22, 1018-20
[431] Pan 8, 254
[432] Pan 8, 255
[433] Pan 8, 256
[434] Pan 8, 257
[435] Pan 8, 261
[436] Pan 22, 676
[437] Pan 22, 1628